En la comunidad internacional existen diversas áreas de trabajo y cooperación que operan de forma diferenciada a pesar de estar interconectadas. Entre estas se destacan: el desarrollo sostenible, la construcción de paz, la defensa de los derechos humanos, la acción humanitaria y la respuesta ante emergencias, entre otras.
Esta última, la acción humanitaria y la respuesta ante emergencias, es sin dudas una de las más antiguas y desarrolladas. Tanto así que precede al Sistema de Naciones Unidas que conocemos en la actualidad.
El origen de los principios humanitarios
Los orígenes de la acción humanitaria se remontan a 1859 cuando Henry Dunant, presenció la batalla de Solferino (Norte de Italia) donde se enfrentaron los ejércitos francés y austríaco, dejando un saldo de más de 38.000 muertes humanas. En este contexto Dunant organizó un movimiento de voluntarias para socorrer a los soldados heridos y más tarde, en 1862 publicó su libro "Un recuerdo de Solferino" donde realizó dos llamados, uno para la creación de sociedades de socorro y otro para la elaboración de un tratado internacional para proteger a los voluntarios de los servicios médicos castrenses (Pedroso et al, 2017)
Este fue el inicio de lo que más tarde se conocería como el Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja que en la actualidad se encuentra presente en más de 191 y el origen del Derecho Internacional Humanitario y la Arquitectura Humanitaria Internacional desde los cuales se ofrece asistencia y mediación para salvar vidas y aliviar el sufrimiento humano en escenarios de crisis como desastres naturales y conflictos armados nacionales e internacionales.
Sin embargo, el éxito de dicho movimiento y de la Arquitectura Humanitara Internacional se sostiene en cuatro principios básicos que han permitido que las partes involucradas en conflictos armados permitan el trabajo humanitario. Estos son:
- Humanidad: el sufrimiento humano debe ser atendido donde sea que se encuentre. El propósito de la acción humanitaria es proteger la vida y la salud, asegurando el respeto y la dignidad de las personas.
- Neutralidad: los actores humanitarios no deben tomar partido en las hostilidades o participar en controversias de naturaleza política, racial, religiosa o ideológica.
- Imparcialidad: la acción humanitaria debe llevarse a cabo guiada sólamente por la necesidad, dando prioridad a los casos más urgentes y sin hacer distinciones con respecto a la raza, el género, las creencias religiosas, la nacionalidad, la clase u opiniones políticas.
- Independencia: la acción humanitaria debe ser autónoma de los objetivos políticos, económicos, militares o de otro tipo que cualquier actor pueda tener con respecto a las áreas donde se está implementando dicha acción.
Importancia de los principios humanitarios
El principio de humanidad establece el imperativo de preservar la vida, aliviar el sufrimiento y mantener la dignidad de las personas afectadas por conflictos armados. Sin embargo, surgen diversos retos al respecto, ya que la acción humanitaria fue creada para atender conflictos de una duración limitada, mientras que en la historia reciente se destacan crisis prolongadas.
En este sentido, la asistencia en protección, salud, alimentación, agua, sanidad y albergues no son suficientes para mantener la dignidad de las personas, por lo cual se ha ampliado el marco de acción hasta abarcar derechos como la educación y el acceso a medios de vida, los cuales permiten mantener el potencial de las poblaciones para desarrollar sus vidas.
Por esta razón, el principio de humanidad genera un encadenamiento de responsabilidades que motivan la permanencia de los actores humanitarios en los territorios y el crecimiento de las operaciones, debido principalmente a que con frecuencia, las organizaciones humanitarias son las únicas que tienen acceso a áreas de difícil acceso. Esto debido a su neutralidad e imparcialidad.
Sin embargo, realizar acciones humanitarias puede ser visto como un apoyo a la agenda de una de las partes en el conflicto. Es por esta razón, que el principio de neutralidad es tan importante, ya que este obliga a los actores humanitarios a generar una percepción de neutralidad en las partes, a pesar de que la agenda humanitaria pueda ser compatible con alguna de estas.
En este sentido, la neutralidad se trata de que las organizaciones no sean percibidas como tomadoras de un bando u otro, ya que de lo contrario, se pondría en riesgo la integridad, viabilidad y seguridad de la operación humanitaria. Sin embargo, la neutralidad supone un gran reto porque en paralelo hay organizaciones que proveen asistencia con base en una agenda política.
Por otra parte, la imparcialidad implica otorgar asistencia con base en las necesidades sólamente, sin distinción de género, credo, raza, inclinación política, u otra razón. No obstante, este principio también conlleva una serie de retos. Entre ellos, se destaca que el acceso a las comunidades puede estar mediado por la relación con las partes de un conflicto, lo cual puede afectar la percepción de neutralidad.
En esto contexto, se resalta otro principio, la independencia, debido a que las organizaciones humanitarias deben tener la libertad de realizar su planeación con base en evaluaciones de necesidades y aspectos técnicos y operativos, ya que tomar decisiones con base en las facilidades que ofrece una parte como el gobierno o por compromiso con donantes afines a alguna agenda política, puede poner en riesgo las acciones humanitarias.
Por esta razón, se destaca que si bien la asistencia humanitaria requiere amplios recursos en términos profesionales, logísticos, económicos y de otra naturaleza. No obstante, el cumplimiento de los demás principios sólo se pueden lograr si existe independencia de los donantes y una amplia gama de estos, para evitar que los recursos condicionen el otorgamiento de la atención humanitaria.
En definitiva, estos cuatro principios son la base de la acción humanitaria y los pilares de la Arquitectura Humanitaria Internacional. Es por esta razón que las Naciones Unidas, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja y ONG internacionales han podido brindar atención humanitaria sin ser objetivos militares. Lo cual ha permitido salvar un amplio número de vidas y aliviar el sufrimiento humano en escenarios de crisis.
No obstante, persisten retos para desplegar una atención humanitaria más rápida, eficaz, eficiente y efectiva.
Alberto Castilo Aroca
Subdirector General
El Observatorio Latinoamericano de Desarrollo Sostenible - OLDS es una institución con un marcado enfoque técnico, por ello, las opiniones acá presentadas son responsabilidad de su autor y pueden no representar la posición institucional del OLDS.
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